Titular
Tampoco hay nadie que ame, busque o desee el dolor en sí mismo sólo porque es dolor, excepto en circunstancias accidentales en las que el esfuerzo y el dolor pueden traerle una gran alegría. Por poner un ejemplo trivial, ¿quién de nosotros se somete alguna vez a un ejercicio físico extenuante que no sea para aprovecharlo? Pero ¿quién tiene derecho a culpar a una persona que toma la decisión de disfrutar de un placer que no tiene consecuencias desagradables, o a una que evita el dolor que no produce ningún placer resultante? Tampoco hay nadie que ame, busque o desee el dolor en sí mismo simplemente porque es dolor, excepto en circunstancias accidentales en las que el esfuerzo y el dolor pueden traerle una gran alegría. Por poner un ejemplo trivial, ¿quién de nosotros se somete alguna vez a un ejercicio físico extenuante que no sea para aprovecharlo? Pero, ¿quién tiene derecho a culpar a una persona que toma la decisión de disfrutar de un placer que no tiene consecuencias desagradables, o a una que evita el dolor, que no trae ningún placer resultante... ni hay nadie que ame, busque o desee el dolor per se, solamente,